Future of Fashion by Ionela Bona

Future of Fashion by Ionela Bona

FUTURE OF FASHION

La edad media a la que los españoles abandonan el nido es a los 30´3 años, la cifra más alta de los últimos veinte años según el Consejo de la Juventud de España.  Hará unos cinco años llenábamos el carrito de la compra con ochenta euros, ahora ese presupuesto nos da para pasar la semana. 
“Somos ocho billones de personas en el mundo y cada año se producen cien billones de prendas”. María Fernanda Hernández Franco  Un vestido del Zara a día de hoy cuesta lo mismo que uno de una marca sostenible.
El pasado Noviembre se dió lugar el congreso Future of Fashion por segundo año consecutivo en Valencia, Capital Mundial del Diseño en 2022, Capital Verde Europea en 2024 y recientemente decretada por la UNESCO como Ciudad Creativa en Diseño. Tiempo después del evento sigo rumiando algunas conclusiones que se expusieron, muy a la orden del día.
El concepto de sostenibilidad cada día se diluye más y el sistema hace que el consumidor se sienta culpable. En nuestras pequeñas casitas reciclamos. Pagamos las facturas, a las que se le añaden extras, extras que no podemos reducir. La inflación nos ahoga y “queremos llenar ese vacío con cosas”, así que con lo que nos queda vamos a darnos un capricho porque nos lo merecemos. Quienes no sucumben a la tentación y ahorran para comprar en firmas caras se despiertan al año con esas zapatillas ya rotas, cuando otras de cuero no vegano de la misma marca que compraron tiempo atrás les han durado más de 10 años, como nos hacía saber una persona de la audiencia. 
Es entonces cuando nos asalta la duda, ¿qué es lo realmente sostenible? ¿El cuero, que dura toda la vida? ¿O el cuero hecho a partir de plantas? ¿Recurrir a los restos textiles de una gran marca para crear una colección cuando no debería de generarse residuo por hacer más de lo que consumimos? ¿Cuánto de sostenible es una tela elaborada a partir de plástico del mar reciclado si al final se degrada en microplásticos y vuelve a donde se rescató?  En este congreso se ha dado un intercambio activo de ideas, dudas y preocupaciones entre público y ponentes, de forma que surgía una conversación de la que todos éramos partícipes y contemplábamos muchos puntos de vista. Era como esas cenas con los amigos en las que te pones a solucionar todos los problemas del mundo, pero a escala de un auditorio y la magnitud de un evento internacional. 
Se comentó en la mesa redonda gracias a las intervenciones de Euria Nácher (Vocal de IVEFA), Carmen Silla (Marketing Director en Jeanología), Mimi Martínez (portavoz de Fashion Revolution España) y María Prandi (fundadora y CEO de Business and Human Rights), que las nuevas normativas europeas relacionadas con la sostenibilidad obligarán a las marcas a ser más verdes. El peso de la ley es lo que finalmente dice que seremos verdes o por las buenas o por las malas. Los gobiernos deben proteger a los ciudadanos, aunque tampoco podemos caer en una actitud paternalista hacia este. Como personas debemos ser más críticos y llevar cuidado (hemos entrado en un momento de desinformación que ha generado la era de la información). La solución, decían, está en educar, educar en cuidar lo que compramos, educar a no comprar compulsivamente. Es en este punto donde encontramos otra incoherencia, pese a que el consumidor compre bien, el producto está abocado a la obsolescencia programada. “Quéjate, quéjate mucho y quéjate bonito” respondía al dilema Mimi. Somos un cliente consumista y sumiso, no reclamamos cuando algo no está a la altura o se rompe antes de lo esperado. Si reclamamos, las empresas saben qué es lo que están haciendo mal y dónde hay que mejorar.
Y por un momento parecía que estábamos solos en nuestra pequeña casa reciclando. Intentando ser coherentes entre nuestra economía y nuestra filosofía.  Pero no estábamos solos.
“Hace diez años no se hablaba de sostenibilidad, éramos la muerte en el desierto, los de Greenpeace. Ahora está de moda”. Nos confesaba Carmen Silla, Marketing Director en Jeanología. La firma lleva especializándose en tecnologías que producen jeans eco-eficientemente desde 1994. Con esto nos quiere decir que la industria tiene un gran poder y hay marcas que lo están usando, están liderando ese cambio. Así es como Natalia Culebras, entendiendo que el diseñador tiene en su mano “el pincel”, dirigió una pequeña gran revolución sostenible en Dior, ganándose el rol de Head of Sustainable Design a parte del que ya era responsable, Head Designer of Denim & Shirts, en Dior Men. Narrando su historia, nos regaló esta preciosa reflexión: “La moda son sueños y los vendes. Si no haces ese sueño real, ¿para qué te sirve? Y si no lo acompañas haciéndolo de una forma sostenible o la buena forma de hacer la ropa, ¿A dónde te lleva eso? ¿Estás contribuyendo o no estás haciendo nada?”.  
Y es que charity y business son las dos caras de una misma moneda, una no quita a la otra. Aportaba Euri Nácher Vocal de la junta de IVEFA: “Como firmas todos queremos crecer, pero no vale el crecimiento empresarial a costa de todo. Debemos plantearnos preguntas como qué somos y qué queremos ser, definiendo así las líneas rojas que no podemos pisar”.
Es decir, business is business pero se puede hacer con conciencia. Ese concepto era reforzado por Lily Cole (actriz, modelo y activista, aunque su atributo favorito es el de ser humano) en la discusión que tenía al día siguiente con la consultora de moda Enrica Ponzellini. Añadiendo que antiguamente se separaba business de charity, pero ella nunca había entendido por qué, “no tiene sentido que dañes con tu negocio y luego intentes reparar eso con tu caridad”. 
Lily nos comenta que antes la sostenibilidad no era atrayente, era una realidad para los científicos, pero había demasiados escépticos. Ha habido un gran cambio en la industria. Empresas como Pyratex (que expuso su caso también en el congreso), hacen telas sexys de forma sostenible. Ahora hemos asumido que la sostenibilidad es atractiva y no dista de la rentabilidad. Estamos dando pequeños pasos como sociedad. Hay cambios en la manera de hacer y entender las cosas, y organizando congresos como este, ponemos en común a clientes, emprendedores, grandes firmas y demás personas del sector. La activista opina que no estamos cambiando lo suficientemente rápido porque no tenemos claras las herramientas de cambio, que parece que sólo estamos pintando el problema, pero concienciar sobre este es el primer paso. No debemos angustiarnos ni dejar de hacer las cosas, sino hacerlas lo más sostenibles en la medida en la que podamos.
Así es como cierra un evento como este, en el que las ponentes (todas mujeres) son protagonistas de las acciones que se están realizando en pro de la sostenibilidad en el mundo de la moda. Ellas representan el slogan del congreso: From ideas to action. ¿Qué es lo que incita a iniciar esa acción? Lily no lo duda: “The spirit of creativity has always been a force”.

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